Oaxaca de Juárez, 22 de septiembre. En las últimas semanas uno de los temas más importantes en cancillería ha sido el de los turistas mexicanos muertos en Egipto. Si bien la ayuda consular fue rápida y oportuna hay algunas cosas que no quedan claras en cuanto a lo que los mexicanos hacían dentro de ese lugar “restringido”.
México ayuda a los familiares de los turistas, de eso no queda duda, sin embargo los encabezados de periódicos como la BBC afirman que el tipo de turismo que practicaban los mexicanos era más que sólo recreativo. Mucho ha sido lo que se ha especulado y poco lo que las indagatorias nos dicen.
Ahora bien, el pésame enviado por el gobierno egipcio a México no es más que una excusa de lo que, supone el gobierno egipcio ocurrió. De acuerdo a las notas diplomáticas podemos asegurar que para Egipto, los mexicanos estaban no sólo en un territorio prohibido sino también haciendo cosas ilícitas como lo sería el pertenecer al grupo Estados Islámico.
Por otro lado, si México tuviera la seguridad de la condición de estos connacionales en Egipto tendríamos toda la oportunidad de romper relaciones con aquel país. No obstante, esta acción ya está descartada por parte de la cancillería.
Por tanto, a manera de reflexión creo que es importante cuestionar lo que hacemos como mexicanos en el extranjero y al interior es importante conocer qué hacemos como visitantes en otros países. Obviamente la reacción de la cancillería es buena y efectiva, pero como todo lo no aclarado, pone a la audiencia a especular respecto a lo que en realidad hacían nuestros paisanos.
Para muchos, la comparativa entre la guerra contra el terrorismo y la guerra contra el narcotráfico resulta ofensiva, pero no hay que olvidarnos que miles de delitos en contra de extranjeros han quedado impunes. México no debe de olvidar los principios de derecho internacional que rigen a nuestra política exterior así como tampoco debe olvidar la manera en la que nos hemos proyectado en los últimos años.

