Oaxaca de Juárez, 6 de diciembre. Cientos de abejas lo rodean, pero Max habla con ellas “no se espanten, tranquilas”, mientras con un ahumador sin flama en donde ha depositado previamente materia orgánica, como viruta de madera, olotes, hojarasca y pasto seco, les echa humo.
Las maneja hábilmente hacia una cajita en donde pernoctarán para ser trasladadas a su apiario en donde estarán a salvo mientras cumplen con el poderoso método de la polinización.
Max Pérez de Jesús, es un hombre no muy alto, educado, de trato afable y muy chambeador. Es uno de los 4 hijos de Doña Inocencia de Jesús López.
Se trata de un mil usos, porque su vida transcurre entre la agricultura, la venta de memelitas en el Pochote, los trabajos sencillos que le gusta hacer como carpintería y un poco de mecánica.
Max y su familia son originarios de Santa Cruz, Etla, un municipio conurbado de la capital oaxaqueña. Terminó la prepa pero lo que más le atrajo es la protección de las abejas. Es un campesino de 46 años, soltero que dedica su tiempo a apoyar a sus seres queridos “en lo que puede”.
Es “encantador de abejas” es requerido de manera constante para que acuda en apoyo de la población para haga su magia y se lleve a las abejas lejos de la población a un lugar seguro donde no serán molestadas.
Llega muy temprano en una moto de carga con su equipo de trabajo, y tranquiliza a las abejas con una voz apacible, como si fueran sus hijas y las respeta.
Utiliza un sombrero con una especie de velo, pero eso es todo. Se pone una camisa de manga larga, nada especial, y no utiliza guantes. Así maneja a las colmenas que de manera inexplicable no lo pican, no lo atacan y lo rodean mágicamente.
Es un trabajo preciso, porque entre miles de avispas tiene que hallar a la reina para que las demás la sigan sin chistar, sin hacer aspavientos, mansitas, como verdaderos soldados.
La abeja reina es la única hembra fértil de una colonia y es la responsable de mantener y aumentar la población de la colmena. Nunca la abandona, salvo durante los vuelos de fecundación, o cuando se produce un enjambre para dar lugar a una nueva colonia. La reina deposita sus huevos en panales de cera que las obreras construyen con celdas hexagonales.
Las abejas reinas viven un promedio de tres años. Las obreras viven períodos mucho más breves, de menos de tres meses en promedio. La reina es la única hembra que está completamente desarrollada sexualmente. Esto es el resultado de una dieta total de jalea real durante el período de desarrollo.
De acuerdo a Senasica, la apicultura es una actividad relativamente joven en México, Apis mellifera L., se introdujo a territorio nacional a mitad del siglo XVIII.
Actualmente es practica en todo el país, por más de 43 mil apicultores, los cuales manejan un inventario de aproximadamente 2
millones de colmenas.
México produce 57 mil toneladas de miel por año, de las cuales se exporta alrededor del 53%, lo cual genera ingresos por aproximadamente 105 millones de dólares.