Oaxaca de Juárez, 31 de mayo. En el marco de la reunión del G7 (antes G8) Barack Obama hizo una visita histórica al memorial de Hiroshima que pretende ser un homenaje a las muchas víctimas que dejaron las dos bombas nucleares que Estados Unidos hubiera explotado al término de la Segunda Guerra Mundial. Muchas han sido las reacciones al respecto, no obstante no hay que dejar de recordar qué país ha sido el único en detonar esos artefactos.
Si bien, no deja de ser una “buen detalle” la visita del mandatario estadounidense a aquella zona, también es cierto que el discurso dado por Obama dejó mucho que desear luego de que no se pide perdón a las víctimas y a Japón por haber sido los artífices de tan cruenta tragedia. Si bien, muchos años han pasado después de la detonación de “Little Boy” y “Fat Man” hoy por hoy sigue siendo el único episodio donde se utilizaran tales armas. Innecesarias completamente luego de que la declaración de Potsdam planteó las condiciones en la que quedaría Japón mientras los aliados se coronaban como los triunfadores de la Segunda Gran Guerra.
En la actualidad y gracias al proyecto de “La trilateral hegemónica” Estados Unidos y Japón han quedado como buenos “aliados” ante la comunidad internacional. No obstante, el tema de las bombas nucleares siempre fue un tabú para la diplomacia de ambos países. Por su parte, Obama con su visita a Hiroshima ha abierto ciertas heridas que muchos pensaban cerradas.
Así pues, cabe resaltar que Estados Unidos ha tratado de mostrarse ante el mundo como el “gran sheriff” que cuida a los demás países de naciones que utilizan energía nuclear, aunque sigan sin entender con qué fines. Es incluso loable para muchos el que Estados Unidos luche con tanta vehemencia contra proyectos nucleares como el de Irán, cuando la realidad no dice que el único país en toda la historia que ha utilizado las bombas nucleares para terminar un conflicto fue precisamente nuestro vecino del norte.
Tal vez la historia nunca juzgue en su justo dimensión a países que no sólo han utilizado estas armas sino que han hecho efectivo su denominado “derecho de amenaza” para amedrentar a cientos de personas y naciones. Lo cierto es que, en un mundo ideal si todos los países evitaran el desarrollo y la proliferación de las bombas nucleares, no habría necesidad de seguirlas produciendo, haciendo del mundo un lugar más habitable.