Al Momento.
Oaxaca de Juárez, 5 de septiembre. Jesús Martínez Álvarez fue gobernador de Oaxaca. Su paso fue breve pero dejó la buena impresión. Ocupó la Secretaría General de Gobierno en sucesión de Irma Piñeyro, otra funcionaria ejemplar y por lo mismo rechazada por los maestrines de la CNTE.
Ambos, como refuerzo de Gabino Cue Monteagudo, hubiesen sido la solución a los problemas del estado, pero acontece que se volvieron incómodos al cuestionar no sólo las decisiones del mandatario, sino oponerse a los oscuros manejos de ciertos sujetos incrustados en niveles de poder, aunque, increíble, ninguno con cargo público.
Ahora Jesús ha decidido romper el silencio, pero es obvio que su estado natal le duele y si antes intentó paliar los daños, resolver los problemas aún renunciado al importante cargo que ostentaba, ya no es posible seguir ocultando los intereses que se mueven atrás del gobernador que con sus actitud está plantando al gobierno federal un conflicto de impredecibles consecuencias.
Dice Martínez Álvarez: “El gobernador Gabino Cue Monteagudo ha manifestado su decisión de cambiar a los funcionarios que no han respondido a la confianza depositada.
“Con esta declaración, que es un discurso más, podría pensarse que hay el deseo de cambiar de fondo las cosas; sin embargo, estos discursos y los posibles cambios en el gabinete de nada van a servir, entre quien entre si no se va al fondo del problema.
“1.- La estructura del gobierno desde el inicio de la administración actual no funciona para la gobernabilidad, esté quien esté en determinado cargo.
“2.- Nadie podrá negar que la mayor parte de los funcionarios del actual gobierno son ineficientes, ocioso y corruptos.
“El origen y causa de todos los problemas, sobre todo de la imagen de corrupto que tiene el gobierno y la ineficacia que existe, es el personaje conocido como El Coco Castillo que, según dice el gobernador, nunca ha tenido algún nombramiento en el estado.
“El hecho es que este sujeto desde el inicio del actual gobierno, ha tomado todas las decisiones políticas y financieras y ha asignado obras sin licitación o concurso y con una gran irresponsabilidad, a quien él decide, incluso aumentando el costo de las mismas –en muchos casos al doble—y tiene la atribución de quitar o poner a cuanto funcionario considera que debe o no estar.
“No es un secreto que maneja las nominas del IEEPO y del gobierno de Oaxaca, en complicidad con Alberto Vargas y por lo tanto también interviene en la decisión de a quién se compra y a qué precio.
“No solamente interviene en las compras del gobierno sino también en las de medicamentos del sector salud, incluso en complicidad con Cheche Álvarez, hoy próspero empresario, hace grandes negocios en el hangar del estado con supuestos mantenimientos de los aviones, situación que ya fue denunciada en la prensa nacional, en acusaciones graves que vinculan al narcotráfico”.
Las acusaciones de Jesús son bastante más que graves. Habla desde el conocimiento pleno del problema y advierte, como ha sido advertido en otras oportunidades, sobre falsos mantenimientos de aeronaves, hechos que costaron la vida de numerosos funcionarios inclusive a nivel federal. ¿Recuerdan cuando se denunció lo mismo por parte de una empresa gringa, implicando al Estado Mayor?
No pasó nada, pero murieron… ¿cuántos funcionarios públicos, incluyendo secretarios de Gobernación? Ahora sabemos, en parte, por qué los líderes del magisterio local y los dirigentes del Instituto para la Educación, tienen agarrado de las vergüenzas al mandatario.
Y por qué a éste le faltan atributos masculinos para enfrentar a quienes lo chantajean, lo manipulan. Ojalá que en un acto de responsabilidad el gobierno federal asuma su responsabilidad y ponga orden en Oaxaca, lo intentó en Michoacán, pero sin asideros legales, en este caso sobran por lo que resulta extraña esa complicidad para garantizar impunidad a los maestros desde todos los niveles de gobierno.
Por cierto, apenas dos años después, la Comisión Nacional de Derechos Humanos se enteró lo que sucede en la entidad. Intervendrá aunque bajo sospecha de que se trata de un involucramiento temporal en tanto pasa la época de re—elección en la CNDH.