Oaxaca de Juárez, Oaxaca. 29 de junio. Sin lugar a dudas, la crisis en Grecia es un hito dentro de la historia de la Unión Europea. Lo que comenzó como un sueño de integración, cooperación y unidad hoy está volviéndose en una de las peores pesadillas económicas que hubiera vivido Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Si bien, las consecuencias económicas que la salida de Grecia supondría son catastróficas, también lo son las consecuencias políticas con las que tendría que cargar una UE desprestigiada y endeudada. El colapso de lo que es hoy una de las economías más fuertes a nivel mundial ha traído consigo varias perspectivas sobre el futuro de Grecia dentro de la institución y sus posibles repercusiones.
El ejemplo que la nación griega pudiera dar a los demás países de la Unión Europea podría ser caótico para uno de los proyectos de integración más “funcionales” de la historia. En las últimas horas las negociaciones han caído en un impasse y al parecer Grecia busca una prórroga para poder realizar un referéndum. La situación se agrava cuando empezamos a ver que esta situación pudiera replicarse en países con economías más grandes como España o Italia.
Sin embargo, ante la poca efectividad que han tenido las medidas tanto del FMI como del Banco Central Europeo, muchos países han caído en un desánimo alimentado por su ya conocido euroescepticismo. Tal es el caso de Reino Unido, que hace unos días anunció medidas para realizar un referéndum y determinar se estancia dentro de la Unión Europea en el futuro.
De replicarse este fenómeno en otros países miembros estaríamos vaticinando el fin de la Unión Europea. Muchos analistas y observadores afirman que la UE y en particular, Alemania, esperan que Grecia permanezca en la misma para que pague lo que debe. Lo cierto es que la cantidad que este país debe otorgar a sus acreedores, más los otros préstamos que éstos últimos han hecho para que Grecia pueda pagar han dado como resultado una deuda impagable y una inestabilidad social importante dentro de este país.
Por su parte, el plan de austeridad que propone la UE resulta ser impensable para una sociedad que cuenta con una tasa de desempleo del 25,4%. Muchas voces se han alzado y han propuesto que la culpa es de Grecia por haber “tenido un nivel de vida que no les correspondía” aunque claro está que Grecia estuvo sujeta al escrutinio de la Unión Europea y que en teoría tuvo que haber realizado reformas tanto estructurales como coyunturales para poder homologar sus políticas y su economía con la de otros países miembro.
Dadas estas variables creo oportuno detenernos a analizar que el objetivo de la Unión Europea fue frenar los conflictos que habían desembocado en dos Guerras catastróficas. Así mismo, los que sucede en Grecia sólo es el superlativo de los problemas con los que Europa, en general, ha lidiado desde hace casi tres décadas y que hoy han dado como resultado a una población envejecida y un endeudamiento cada vez mayor.


