Oaxaca de Juárez, 26 de enero. El fin de semana pasado se llevaron a cabo 17 contratos comerciales con un valor estimado de 600.000 millones de dólares entre Irán y China. Con la caída en los precios del petróleo así como la incertidumbre respecto al dólar, Rusia, China e Irán han puesto sus esfuerzos en fomentar lazos de cooperación y comerciales que los amortigüe en caso de una crisis económica como la del 2008.
Sin embargo, con este nuevo sistema de alianzas entre estos países, muchos analistas afirman que nos estamos aproximando a un cambio de paradigma en el orden mundial. Para muchos economistas, la economía China no existe sin la occidental y la occidental no existe sin la china. La realidad es que los mercados occidentales ya no son una garantía para China, dado que su economía crece a un ritmo acelerado.
Por su parte, los precios del petróleo y del dólar han puesto la duda sobre una nueva crisis económica que en nada beneficiaría a esta triada si se siguieran apegando a las dinámicas económicas de Estados Unidas o Reino Unido. Por lo anterior, sería interesante empezar a pronosticar un cambio en las reglas del juego donde Rusia y China siguieran fomentando la idea de ser ellos quienes lideren a la economía internacional y no los países occidentales.
Así mismo, no es difícil ver que Irán busque la entrada a grupos como los BRICS luego de que las sanciones le fueron levantadas y pueda jugar mediante las dinámicas económicas de países como China o Rusia. Es decir, hay muchas maneras de figurar en la economía mundial, sin embargo, casi todos los países occidentalizados promueven el estatus quo de Bretton Woods y buscan seguir las dinámicas que impongan las fluctuaciones propias del dólar.
No obstante, hay otro grupo de países que nunca se han identificado con las dinámicas del dólar y que éstas a su vez les han traído muchos perjuicios a sus economías internas (como es el caso de los BRICS). Ahora bien, teniendo en cuenta la realidad internacional, muchos de los países que integran el grupo de potencias emergentes, hoy en día tienen más desarrollo y poder en muchas áreas que países que promueven al dólar como tipo de cambio.
Por ello, mientras Rusia siga actuando como policía del mundo y China siga liderando los indicadores económicos, la idea de un nuevo paradigma internacional, donde estos países sean los protagonistas, nos seguirá pareciendo atractiva y posible.

