El Zumbido del Mscardón
Alejandro Leyva Aguilar
Oaxaca de Juárez, 25de noviembre. Gonzalo Miguel Rivas Cámara, recibió postmortem, la medalla Belisario Domínguez, máximo galardón que entrega el Senado de la República “para premiar a los hombres y mujeres mexicanos que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de nuestra Patria o de la Humanidad.”
Quizá usted no sepa quién fue Gonzalo Miguel Rivas Cámara. Se lo explico brevemente: Gonzalo trabajaba en una gasolinera en Chilpancingo Guerrero que fue incendiada por “normalistas” de Ayotzinapa durante una protesta en la Autopista del Sol, importante vialidad que conecta a la Ciudad de México con Acapulco.
Gonzalo, marino de instrucción y conocedor de los protocolos de seguridad, se apresuró a cerrar una válvula que conecta a las bombas de despacho de combustible con los tanques de almacenamiento, lo que evitó que la gasolinera explotara en mil pedazos y seguramente matara a decenas o a cientos de manifestantes que se encontraban a ambos lados de la carretera… Gonzalo murió quemado por el incendio pero logró cerrar esas válvulas.
Es un héroe anónimo y ni salvó mi vida, ni la de la mayoría de los mexicanos, pero si la ofreció por salvar otras tantas que se encontraban en ese momento en riesgo, un riesgo causado por una protesta social de estudiantes de Ayotzinapa que se enfrentaban en ese momento con cohetones y palos a los guardianes del orden.
El Senado de la República entregó a la madre de Gonzalo, la medalla Belisario Domínguez por su valor y eso ha generado una serie de protestas que rayan realmente en lo ridículo.
Las más sonadas son las de Vidulfo Rosales, vocero de los padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y la de Laida Sansores, senadora del Partido del Trabajo que increpó al Presidente Enrique Peña Nieto por el mismo hecho.
Ambas voces, Laida y Vidulfo ( a´pa nombrecitos), suponen que entregar la medalla Belisario Domínguez a un héroe como Gonzalo Miguel Rivas Cámara que actuó valientemente y ofreció su vida por otras, es “CRIMINALIZAR LA PROTESTA SOCIAL”.
Así, con todas esas letras.
Para ambos, el hecho de que Gonzalo hubiese ofrecido su vida al cerrar las válvulas durante un incendio provocado por los “normalistas de Ayotzinapa”, representa un acto en el que se criminaliza a quienes provocaron ese incendio.
Es decir, si Gonzalo hubiese muerto cerrando las válvulas de una gasolinera que se incendió por accidente, entonces SÍ hubiese sido merecedor de la presea.
Me parece que ni Laida Sansores, ni Vudulfo Rosales se dan cuenta que, quien incendia una gasolinera ES un criminal y potencial asesino. En Chilpancingo y gracias a Gonzalo, el único muerto por el acto criminal de incendiar una gasolinera fue Gonzalo, quien ofreció su vida por los demás sin importar las causas por las que los “estudiantes” incendiaron el dispensario.
Ese mismo día y durante la protesta de los “estudiantes” también murieron a balazos dos “normalistas” a los que Laida y Vidulfo consideran “mártires”. Los hechos sucedieron en respuesta porque los agresores abrieron fuego contra las policías (estatal y ministerial) que se encontraban en la protesta.
El Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) Raúl Plascencia Villanueva concluyó en su informe que los responsables del incendio en la gasolinera y de la muerte de Gonzalo, fueron dos estudiantes de Ayotzinapa quienes prendieron fuego al depósito.
A doña Laida y a Vidulfo, se les olvida que una cosa es el derecho a la manifestación pacífica y otra las provocaciones que reiteradamente miembros de la CETEG en Guerrero, la Sección 18 del SNTE-CNTE en Michoacán, la sección 22 de Oaxaca, “normalistas” de Tabasco, Chiapas y Oaxaca así como otros grupos de presión, hacen no sólo contra el Gobierno Federal y los estatales, sino contra la ciudadanía misma.
Una cosa es una manifestación pacífica y otra es impedir el libre tránsito de los ciudadanos. Ese simple y llano hecho debiera provocar la reacción de la fuerza pública y sin embargo, los gobiernos se pasan de permisibles, por eso los manifestantes son capaces de incendiar una gasolinera, matar a un empleado y quedar impunes.
A la fecha, no hay un solo procesado por la muerte del Héroe de Chilpancingo y quizá hubiese sido más honor a Gonzalo y a la Patria, que en la cárcel estuvieran quienes incendiaron la gasolinera, que la medalla Belisario Domínguez.