Oaxaca de Juárez, 26 de junio. El Camino de Santiago Compostela ha sido una ruta de peregrinación por más de mil años. Durante los siglos, las leyendas, hechos, milagros e historias han tenido su altas y bajas. Sin embargo, el deseo de caminar “El Camino” sigue naciendo en el alma de los peregrinos. En el pasado la motivación de hacer una peregrinación era siempre religiosa. Sin embargo, hoy en día, cada peregrino camina con su propia motivación.
El Camino de Santiago es una ruta que recorren los peregrinos de todo el mundo para llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se veneran las reliquias del apóstol Santiago el Mayor. Durante toda la Edad Media fue muy recorrido, después fue un tanto olvidado y en la actualidad ha vuelto a tomar un gran auge. El Camino de Santiago Francés y las rutas francesas del Camino fueron declarados por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1993 y 1998 respectivamente;1 2 Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa, a la que se unen en 2015 el Camino Primitivo, el Camino Costero, el Camino vasco-riojano y el Camino de Liébana. Además, ha recibido el título honorífico de “Calle mayor de Europa”.
Los orígenes del culto a Santiago en la Hispania romana son desconocidos, pero parece ser que en el año 812 se encontraron reliquias atribuidas al apóstol. Al final del siglo IX se extiende por la Europa cristiana. En el siglo XI el número de peregrinos aumentó considerablemente gracias a contactos culturales entre las naciones europeas.
Alfonso II, rey de Asturias, mandó construir una iglesia en el lugar donde, de acuerdo a la voz de la tradición, reposan los restos del apóstol Santiago. A partir del siglo XV, esta iglesia se convirtió en uno de los principales centros de peregrinación de la Cristiandad y dio origen al actual Camino de Santiago. Por esta vía se expandieron en la Península los nuevos estilos arquitectónicos que triunfaron en Europa.
Aproximadamente desde el año 821, con el hallazgo de las presuntas reliquias del Apóstol y con el beneplácito de Carlomagno, que quería defender sus fronteras de invasiones árabes, Compostela se convertirá progresivamente en un centro de peregrinaje. Y recibirá su impulso definitivo durante la primera mitad del siglo XI. Muy pronto, la noticia se extiende por toda la Europa cristiana y los peregrinos comienzan a arribar al venerable lugar del sepulcro, el denominado Campus Stellae, que devendrá en el famoso vocablo Compostela.
Hay varias rutas para llegar a Santiago Compostela y la ruta más utilizada es el Camino Francés que cruza cuatro regiones en el norte de España: Navarra, La Rioja, Castilla y León y Galicia. La ruta dentro de España, es aproximadamente 800 kilómetros desde Roncesvalles en la frontera de Francia hasta Santiago de Compostela en el Oeste del país. Se puede completar la ruta en 34 días con un promedio de 25 kilómetros por día con uno o dos días de descanso.
Hay otras rutas para llegar a Santiago. Un peregrino dedicado puede caminar todas las rutas: el Camino Norte, también conocido como el Camino Primitivo, la Vía de Plata, desde Sevilla y el Camino Portugués. Hay conexiones al Camino por todo Europa desde Galway en Irlanda, Bergen en Suecia, Budapest en Hurgaría y Nápoles en Italia. Todos son parte del Camino a Santiago. Los peregrinos dicen que el Camino comienza cuando el peregrino se pone sus zapatos y sale de su casa.
Una peregrinación es un viaje, pero con sentido más profundo, se trata de una “excursión” con fines personales. La peregrinación ha sido parte de la experiencia humana. Nuestros antepasados han dejado signos de sus viajes espirituales. Hay ofrendas precolombinas de oro y momias en las cimas de los Andes, colecciones de cerámicas en lugares sagrados, lejos de habitaciones humanas en Asia y el Medio Oriente. Hay petroglifos ( diseños simbólicos grabados en rocas) en Australia y códices mesoamericanos que indican las leyendas de peregrinaciones como los orígenes de las civilizaciones.
La peregrinación es parte de todas las grandes religiones a nivel mundial. Los judíos hacen peregrinaciones al Muro Oeste del Templo en Jerusalén y también a la tumba de Sara y Abraham. Los budistas van a sus montañas sagradas, Kaliesh y Fuji, mientras los sufí van a su sitio sagrado, Catal Hujuk. Entre los musulmanes, la peregrinación es uno de los pilares de su fe. Cada adulto musulmán tiene la obligación religiosa de ir a La Meca por lo menos una vez en su vida. Aquí en Oaxaca, la peregrinación a Juquila es famosa. Cuando el peregrino regresa, tiene el derecho de usar símbolos de su viaje, traer regalos de dulces para su familia, usar el título Haiji entre los musulmanes o hacer una capilla con una imagen de un santo en una casa cristiana.
Entre todas las peregrinaciones hay elementos en común. El peregrino tiene fe y habilidad de hacer una conexión con el divino, con Dios. El peregrino está en búsqueda de un lugar geográfico específico, un lugar especial donde el Espíritu Divino es más accesible. El destino para el peregrino es importante, tiene significado. La Basílica de Guadalupe, el Catedral de Santiago en Compostela, la gruta en Lourdes, la Kaaba en Meca, hay algo especial en cada destino de una peregrinación.
Una peregrinación tiene una ruta delineada con signos para ayudar los peregrinos en su viaje. El Camino de Santiago es marcado con símbolos de canchas y flechas amarillas. La ruta de una peregrinación a pie es pesada. El peregrino está dispuesto de sacrificarse para llegar a su destino. El sufrimiento físico es visto como parte del viaje espiritual. Entre los católicos la peregrinación a Santiago de Compostela es una manera de recibir perdón por los pecados por medio de una indulgencia. Los budistas creen que, por medio de la peregrinación, pueden ganar “mérito” para un ser querido para escapar ciclos de reencarnación. Las horas solitarias, día tras día, sin fin, peatón y peregrino dan la oportunidad para la reflexión espiritual, para el cambio, el pensamiento, el yo interno.
El proceso de una peregrinación expone el peregrino a nuevas experiencias y a emociones profundas. Cada caminante tiene sus propios motivos, entre otros pueden surgir: refrescar el espíritu, sanar el cuerpo, solicitar asistencia divina, cumplir con una promesa, buscar perdón, reconectar con su identidad religiosa, probar sus fuerzas físicas o disfrutar una caminata como turista. El peregrino viaja solo, pero siempre en la compañía de otros , formado una comunidad en acción con la misma meta llegar a lo espiritual. En 2014, más de 200 mil peregrinos recorrieron el Camino de Santiago. Algunos caminaron los 800 kilómetros o más, otros sólo los últimos 100 para ganar en “Compostela” el certificado de cumplir la peregrinación. El Camino es una historia por medio de la geografía, el folklore, turismo, gastronomía y ecología.
La peregrinación tiene la potencial de cambiar su vida, y el corazón. ¡Buen Camino, peregrino!
*Contribución especial de Jayne Lyons, quien recorrió el Camino de Santiago.