Oaxaca de Juárez, 16 de septiembre. Don Ángel Sánchez Santiago es herrero, un oficio dedicado a fortalecer inmuebles, pero desde el sábado, cuando un terremoto devastó Juchitán, se convirtió en un forjador de esperanza.
Él es el hombre que rescató una bandera nacional del Palacio Municipal y la colocó sobre los escombros, para que volviera a ondear, porque dice que ante la adversidad la gente debe estar de pie, como el lábaro patrio.
El dato
- Los policías locales lo saludan y reconocen el gesto que tuvo Ángel Sánchez luego del sismo.
“La bandera es nuestro símbolo nacional, es parte de nuestra identidad y no estaba dispuesto a verla tiradaentre los escombros. Era una señal de que los juchitecos no debemos estar de rodillas ante este fenómeno, tenemos que ser fuertes para salir adelante”, relata.
La tarde del sábado, 40 horas después del mayor sismo que se ha registrado en el país en los últimos 100 años y que dejó a Juchitán en ruinas, este hombre de tez morena y 57 años, vecino de la colonia Séptima Sección, camina por el predio donde estaba la alcaldía y recuerda aquella noche en que salió a buscar a sus hijos, pero vio a su pueblo en ruinas.
A su paso se encontró con el lábaro patrio que de manera ordinaria luce en la cima del ayuntamiento. Le quitó piedras y tierra, luego tomó un palo y lo colocó en un montículo de escombros.
Las escenas de ese momento han dado la vuelta al mundo; aun así, él no considera ser un símbolo.
Sin embargo, para muchos pobladores ver la bandera mantenerse en alto fue una señal de esperanza en medio de la devastación en cada una de las calles de este municipio, el cuarto más poblado de Oaxaca de un total de 570.
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