Oaxaca de Juárez, de de abril. El 6 de octubre del 2017, la 63 legislatura eligió al Maestro en Derecho Jorge Emilio Iruegas Álvarez, como fiscal especializado en materia de combate a la corrupción al concluir el cuarto periodo extraordinario del primer año de ejercicio legal.
A un año cinco meses de que protestó dirigir, coordinar y establecer las acciones necesarias que materializaran una investigación y persecución penal enfocada a hechos de corrupción, particularmente respecto a aquellos delitos cometidos por servidores públicos de manera profesional, objetiva, imparcial, eficaz, transparente y evaluable, su trabajo es nulo.
El fiscal está peleado de gratis con todo el mundo. Su personalidad no le ayuda. Es soberbio, creído y súper aburrido en corto y además se cree superior a los jefes policiacos con los que tiene una relación forzada.
Cuando tomó posesión dijo que se sentía indignado respecto a las malas prácticas de los servidores públicos y que pugnaría por la “reestructuración orgánica de la fiscalía especializada de cara a una reingeniería institucional, con base en un modelo de gestión de calidad y por competencias; la autonomía financiera, presupuestal, técnica, de gestión, de decisión operativa, para investigar y perseguir hechos de corrupción; y la creación y fortalecimiento de un área de análisis financiero, contable, fiscal y en materia de auditoría”. Eso dijo.
Para cerrar con broche de oro señaló que “Ver la corrupción y no hacer nada es no tener valor, tengamos el valor y compromiso suficiente para hacer de Oaxaca el gran referente”.
¿Qué ha hecho? Deja ver la corrupción y no hace nada y tampoco tiene el valor ni el compromiso.
Algunos opinadores han escrito que el fiscal investiga, pero a la fecha no hay nada en concreto.
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Aquí un caso para el fiscal. El 28 de marzo Gabino Cué, ex gobernador de Oaxaca, se apersonó de incógnito en la zona de plataformas petroleras de Cantarell. Según cuenta Francisco Rodríguez en su columna la cual puede usted consultar en adnsureste, “Llegó ensarapado, enfundado en un overol anaranjado, de contratista de Pemex. Según se acercó porque tiene intenciones de invertir lo que le robó a los oaxaqueños” ¿Saben quien es su cómplice esta vez? El corrupto de Rogelio Hernández Cázares, recién nombrado director de Pemex Fertilizantes en el gobierno actual y quien tiene acusaciones de corrupción en su paso como funcionario en el estado de Oaxaca –por supuesto– en la administración de Cué. Rogelio ya le dio trabajo a Alberto Vargas Varela, ex secretario de Administración. La pandilla vuelve al ataque. Cué recorrió el estado con Andrés Manuel López Obrador y ahora con el dinero que le robó a los oaxaqueños quiere incursionar en las empresas de Pemex. Su pandilla al ataque. Esperemos que no los dejen. Ha sido el peor sexenio de Oaxaca, por mucho ha rebasado a los gobernadores más corruptos. El timorato de Cué quiere más.
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Otra de Mariana Nassar. De verdad que da pena. La funcionaria que ayer subió a la red un monólogo en donde da a conocer sus acciones en #Oaxaca, pero su capacidad no le da ni siquiera para hilar lo que leyó en video. De pena ajena. Pobrecita.