Coronando a los perdidos
Fernanda Cardoso Caballero
Oaxaca de Juárez, 9 de octubre. Después de haberse anunciado el triunfo del “no” en Colombia, la izquierda en América Latina es la que más ha resentido la negativa del pueblo colombiano. No obstante esta semana fuimos testigos de que Juan Manuel Santos fue galardonado con el Nobel de la Paz, aunque sigo sin entender bien a bien cuál fue su logro.
Si desmenuzamos bien la trayectoria de Santos tanto como político como al frente del gobierno en Colombia vemos que (como él mencionaba en entrevistas) “La paz no era prioridad en su gobierno”. Largas fueron las jornadas de diálogo entre el gobierno colombiano y la guerrilla en La Habana y como bien decía Ingrid Betancourt “el Nobel también lo merecen las FARC”. No obstante, yo no puedo creer en los valores que impulsaron a Santos a entablar los diálogos de paz, al tiempo que no puedo dejar de lado el hecho de que aún hoy con ese acuerdo de paz hay muchos grupos armados movilizados en todo el territorio colombiano.
Es claro que la paz llega con muchos valores, entre ellos la justicia y cierto que es que el acuerdo de paz con las FARC no ha logrado ni logrará traer la tan ansiada paz a Colombia. De acuerdo a muchos analistas, el problema de las guerrillas en Colombia es tan complejo por nadie puede explicar cuáles son las causas reales del conflicto. Así pues, no podemos dejar de reconocer que durante años se utilizó a la Colombia rural como semillero de insurgencias que utilizaban la pobreza como franquicia para llevar a cabo sus delitos.
No me malinterpreten no tengo nada en contra de Juan Manuel Santos, pero esta vez como tantas otras pienso que este galardón fue apresurado, pienso que la persona que lo recibe no cumple con valores democráticos ni incluyentes que lo hagan merecedor de dicho premio. Por otro lado, pienso que este premio debería ser compartido con las muchas organizaciones e instituciones que promovieron un acuerdo con la guerrilla, sin dejar de lado que aún hoy sigue habiendo grupos paramilitares de extrema derecha así como el ELN dentro del territorio Colombiano.
Así que no, no creo que el acuerdo de paz sea obra de Santos, es más no creo que sea obra de Raúl Castro ni siquiera de las FARC. Pienso que durante el gobierno de Álvaro Uribe se hizo un gran esfuerzo por desmovilizar a muchos grupos armados que ocasionaban más inestabilidad en el país. Lo anterior, hizo que las FARC (particularmente) perdieran poder y estuvieran más dispuestas a negociar.
Por lo anterior, pienso que este galardón debe ser un triunfo compartido con las circunstancias, el periodo histórico y las miles de víctimas que aún hoy con un acuerdo de paz con “pies de plomo” siguen exigiendo justicia.

