Oaxaca de Juárez, 21 de septiembre. El sultán Ibrahim Ismail, jefe del gobierno del estado malasio de Johor, perdonó ayer la pena de muerte a los hermanos mexicanos José Regino, Luis Alfonso y Simón González Villarreal, que en 2008 fueron arrestados por cargos de narcotráfico y en 2011 condenados a morir ahorcados.
En su lugar, el sultán decretó que los tres hermanos, originarios de Culiacán, Sinaloa, deberán cumplir una pena de 30 años de cárcel.
Los hermanos fueron arrestados en marzo de 2008 junto a un ciudadano malasio y otro singapurense en una fábrica de la ciudad de Johor, fronteriza con Singapur, donde los tres argumentan que trabajaban en el servicio de limpieza. Según su versión, nunca supieron que allí se producía y manejaba droga.
La policía malasia se incautó de 29 kilos de metanfetamina, valorada en 15 millones de dólares.
Durante el juicio, en 2011, la policía de Johor llegó a admitir que un tercio de la droga incautada procedía en realidad de un almacén de una comisaría de Johor, hecho por el que investigaron a varios agentes pero que no alteró el proceso contra los mexicanos.
A inicios de 2012, y pese a las protestas de la defensa por los graves errores en el proceso, incluyendo el dudoso origen de parte de la droga, se les sentenció a morir ahorcados.
El Tribunal Federal Supremo malasio ratificó la sentencia en 2015 lo que despertó la protesta de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Luego, sin embargo, las gestiones consulares lograron alargar el caso hasta que ayer llegó la conmutación de la pena.