Cuauhtémoc Blas
Debajo de las puertas de las casas oaxaqueñas están introduciendo este fin de semana un folleto a colores, con fotografías y mensajes que pretenden ser persuasivos para construir el centro de convenciones de Oaxaca. Predomina, claro, el color verde en el folleto, a pesar de tratarse de una construcción que quiérase o no eliminará áreas verdes, pintando de color verde su esbozo de proyecto y su propaganda quieren vestirlo hasta de ecologista, como la gasolina magna plus, que no deja de contaminar pero es verde.
A la usanza de los grandes centros comerciales o flotillas de taxis, siembran unos cuantos arbolitos o pintan de verde los vehículos, y ya está: destruimos ecológicamente. Exactamente igual se postula este centro de convenciones. Pero eso sí exponen en dicho follero un argumento según ellos de peso: “Único predio disponible del gobierno del estado cercano al centro histórico”. ¿No saben qué hacer con dicho predio o qué?
Cansa la obstinación de éste que iniciara con el eslogan de gobierno del cambio y resultó peor que la enfermedad sociopolítica que ofreció curar: mayor autoritarismo (nomás no echó la policía a los maestros, hasta ahora) y mayor voracidad. Sólo el monto gigantesco de la deuda pública que dejará hace ver prudentes (que es mucho decir) a Ulises Ruiz o Murat que estuvieron muy lejos de los 12 mil 400 millones de pesos que hasta ahora nos está dejando el gobierno de Gabino Cué.
Está muy claro que todo fue prometer y prometer hasta ganar, y después de ganar olvidar lo prometido. La obstinación o franca necedad del Secretario de Turismo y Desarrollo Económico del gobierno de Oaxaca, apoyado por el gobernador, de construir El Centro de Convenciones junto a su Hotel Victoria es inaceptable. Estamos ante una pretendida imposición que tiene varias agravantes: conflicto de intereses del secretario al imponer esa obra al lado de su Hotel Victoria, sólo por esto debería abandonar ese proyecto, aunque fuera realmente todo lo bondadoso que dicen en el follero mencionado, que no lo es.
Otra grave falla del proyecto es que se haría en una zona de suyo sobre poblada, con gran afluencia de vehículos, lo cual ha sido señalado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes federal (SCT) asimismo el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha opinado en contra de esa edificación. Además de múltiples asociaciones y centros de investigación ecologistas de Oaxaca, científicos y especialistas.
Hay toda una relación de puntos en contra del famoso centro de convenciones. Incluso, en un debate radiofónico, con la presencia del presidente municipal de Oaxaca, Javier Villacaña y el pintor Francisco Toledo, el primero dejó claro que su cabildo no ha otorgado la licencia de construcción de ese centro de convenciones adjunto al Hotel Victoria, sólo la licencia para la construcción de un estacionamiento.
Está visto que no tienen asideros legales para esa edificación, pero el secretario de Turismo José Zorrilla de San Martín Diego (y Algo) está empecinado en fomentar su empresa familiar hotelera, para lo cual cuenta con el apoyo evidente de su jefe el gobernador. Para cerrar el sexenio con otra grave decisión: un centro de convenciones construido a la fuerza con dinero público para fortalecer empresas privadas.
Como decíamos, lo que con este gobierno del “cambio” se quería curar, se agravó. La voluntad de la ciudadanía nunca había sido tan contrariada al votar por un cambio. Si la herencia de Ulises Ruiz fue dejar su caprichosa construcción de la Velaria sobre el Auditorio Guelaguetza, repudiada por anti estética, la edificación de este centro de convenciones además del autoritarismo que supone es peor, es ecocida al dañar una de las pocas áreas verdes que aún quedan en el centro de la ciudad y que podría reforestarse mejor.
El mal eslogan de la portada del folleto que se distribuye hasta en los municipios conurbados a Oaxaca de Juárez, es una mentira notable: “Una obra necesaria que respeta el medio ambiente”. ¿Necesaria para quién? ¿Respeta el medio ambiente?
Casi nadie está en contra de esa construcción, sino del lugar donde pretenden hacerla. Si fuera en otro lugar menos inadecuado, y más aún si fuera con recursos privados, quizá pocos estarían en contra. Por cierto, nadie se hace responsable de ese folleto de marras, ¿pero quién más podría haberlo pagado? Seguramente no los vecinos que están en contra de dicha construcción.
¿Quiénes serán los dizque asesores del secretario de Turismo que quieren convencer con esta campaña pro centro de convenciones cual si fuera un proceso electoral? Está visto que su anterior mentira de llamar a un plebiscito para preguntar a la población si se construye o no este centro no es posible con la mediocre legislación que hizo este gobierno al respecto. ¿Entonces que buscan con estos folleros “persuasivos”?
Que los especialistas en materia de medio ambiente, que organizaciones dedicadas a la defensa de la naturaleza, que instituciones nacionales y del gobierno federal haya reprobado la construcción de dicho centro de convenciones en ese lugar debería ser suficiente para detener el proyecto. Finalmente, nadie debería sentirse derrotado pues el gobierno no se manda solo, sino debería estar al servicio y a las órdenes de sus patrones, los ciudadanos.
No se trata de “mayoritear”, ni de tener el apoyo de los sicarios de la CTM o del sindicato Libertad entre otros grupos de la política clientelar, éste es un tema donde los conocedores, especialistas e instituciones que son autoridad en la materia deben ser atendidos, y estos últimos ya han ofrecido argumentos de sobra contra ese centro de convenciones adjunto al Hotel Victoria.
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