Oaxaca de Juárez, 19 de octubre. Uno de los peores ataques terroristas tuvo lugar en Ankara, Turquía en una protesta por la paz en la que asistían activistas prokurdos. El ataque suicida es catalogado como el peor en la historia de ese país luego de que el saldo fatal dejara a 97 muertos. Si bien, Turquía no había estado exenta de problemas con el terrorismo, parecía tener mucha mayor estabilidad que su vecino Siria.
A partir de las reformas estructurales logradas por Mustafa Kemal Atatürk, Turquía estuvo a la vanguardia en materia política y social. Gracias a su política conocida como “las seis flechas” se logró hacer de este país un Estado secular donde la religión tuviera, paradójicamente, un papel preponderante.
Sin embargo, muchas fueron las “minorías” que resultaron no estar contempladas en los grandes proyectos de un país en pleno crecimiento como lo era Turquía. Por lo anterior, encontramos a varias minorías en busca de un espacio dentro de este gran territorio. No es difícil, por lo tanto, imaginar que la sociedad civil tenga la necesidad de promover mecanismos mediante los cuales se pueda otorgar más representatividad a muchos sectores de la sociedad que se encuentran olvidados por el gobierno.
Lo preocupante de la situación es que dentro de toda la coalición que occidente hizo en contra del terrorismo, Turquía ha quedado desprotegida de todo ataque. Siendo este país un territorio estratégico, queda en medio no sólo de Europa y Asia sino de los objetivos de occidente y del Estado Islámico.
Los atentados terroristas cometidos en Ankara son lamentables y una clara muestra de cómo el terrorismo ha logrado penetrar en casi todas las esferas de los países no sólo de medio oriente, el norte de África o Estados Unidos, sino también de Europa. Claramente, la amenaza terrorista ha trastocado los prejuicios generados por occidente para reemplazarlos por personas igualmente comunes y connacionales como cualquiera que se atreva a pasar por la calle o asistir a una protesta. Hoy nos encontramos en una época donde el terrorismo no es como nos lo pintan las grandes cadenas informativas y rara vez los países dan con quién es verdaderamente un terrorista, a pesar de las muchas concesiones que hemos hecho como ciudadanos de un mundo globalizado en pro de nuestra seguridad.

