Arabia Saudita anuncia adherirse a la lucha de la coalición occidental para “hacer frente al Estado Islámico”
Oaxaca de Juárez, 10 de febrero. La semana pasada Arabia Saudita afirmó que busca una presencia más participativa en las negociaciones por la paz en Siria así como su adhesión con la coalición occidental para hacer frente a la amenaza que representa el Estado Islámico. Gracioso resulta que este anuncio se haga luego de que el gobierno Saudí haya provocado el desplome de gran parte de los mercados en el tenor de minar las capacidades de comercio de Irán en materia petrolera.
Si nos ponemos a reflexionar el doble discurso que ha jugado Arabia Saudita, es motivo de estudio luego que después de patrocinar a casi todos los grupos terroristas siguen perteneciendo a aquella fracción del mundo que busca terminar con el terrorismo. Estados Unidos, luego de escoger mal a sus aliados no le ha quedado más que respaldar las políticas saudís y promover una especie de amistad por conveniencia.
Lo cierto es que la capacidad que tienen las monarquías del golfo pérsico para perturbar la estabilidad internacional, es mucha. En lo particular pienso que la intervención “tardía” de Arabia Saudita responde más al interés que tiene este país por evitar que la victoria en contra del Estado Islámico sea del ejército Sirio y en parte de Irán y Rusia; al tiempo que promueve buenas relaciones con potencias como Estados Unidos y Francia.
La realidad es que mientras la situación de Siria ha polarizado la ya complicada situación de Medio Oriente y ha promovido que cada vez sean más los países que busquen su parte del pastel, más se aleja la posibilidad de un pronto desenlace en la guerra. Bajo esta perspectiva es importante mencionar que mientras los intereses de las potencias en la región no estén fuera de las negociaciones será muy difícil llegar a un fin de esta guerra, que tantas vidas ha cobrado.
Por otro lado, la amenaza del Estado Islámico seguirá creciendo en todo el mundo mientras no existan países que en realidad busquen hacer frente a dicho grupo y a la manera en la que éstos llegan a sociedades tan disímbolas como la occidental. Lamentablemente, el panorama para Siria, Medio Oriente y la economía internacional no se ve alentador si las potencias occidentales siguen solapando las políticas de Arabia Saudita.