Oaxaca de Juárez, 23 de enero. Las virtudes de Ricardo Anaya (como político que llena para sus objetivos todos los espacios vacíos) tuvieron un día de campo ayer en la integración del nuevo Consejo Nacional del PAN, el cual definirá las reglas para elegir al candidato a la presidencia en 2018.
Fue un paso más en su propósito de buscar ser presidente de México: de los 270 consejeros elegidos, 150 son gente suya; mientras Margarita Zavala sumó 50 y Rafael Moreno Valle 47; otros 15 son independientes y ocho sin definición.
Antes, los estatutos habían quedado ajustados para que Anaya permanezca como dirigente hasta un día antes de su registro a una eventual precandidatura presidencial. Es decir, podrá aprovechar legalmente su posición como dirigente nacional hasta el último minuto.
Anaya logró ya dos poderosas fuerzas: la mayoría del Consejo y la burocracia, pues también los secretarios generales, tesoreros y secretarios del CEN que aspiren a un puesto de elección popular pueden renunciar, o pedir licencia, un día antes de solicitar sus registros como precandidatos.
Sin embargo, en este tiempo Anaya ha mostrado controlar también condiciones que van más allá del funcionamiento del aparato interno, porque entran en el terreno de la política y su manejo según el calibre de las dificultades y de los momentos en los que éstas aparecen.
Por ejemplo, se le presentó una dificultad porque sus adversarios internos lo criticaron por usar, para él solo, el millón 771 mil 884 spots del INE que le correspondían al PAN en el pasado proceso electoral: una friolera de exposiciones ante el electorado que le permitió crecer 19 puntos.
Pero Anaya la resolvió con un intenso cabildeo ante la Comisión de Quejas y Denuncias del INE, que rechazó por mayoría de votos la solicitud de una militante panista para retirarle anuncios, al considerar que constituyen una promoción personalizada y sobreexposición para 2018.
Otra dificultad se le presentó cuando varios militantes le exigieron que definiera el papel que jugará en la elección del candidato o candidata del PAN al 2018, integrar una comisión que valide la imparcialidad del proceso y regular la utilización del dinero del partido y los spots.
Pero la resolvió proponiendo a Zavala y a Moreno Valle aparecer también en los promocionales del partido, porque “también les favorece a ellos en sus aspiraciones legítimas y estoy convencido de que esto le ayuda al PAN”. Y hasta los invitó a los trabajos de depuración del padrón partidista.
Aunque el golpe de ayer es el más sólido de Anaya para apuntalar sus aspiraciones: su gente en el Consejo supera tres a uno a la de Zavala y a la de Moreno Valle. ¿Qué quiere decir esto?
Que ya no lo alcanza nadie para 2018.
La Razón

