Oaxaca de Juárez, 25 de noviembre. En política solamente se comete un error, lo demás es consecuencia. La falla de Andrés Manuel López Obrador (Presidente de México 2018- 2024), fue hablar demasiado y prometer castigo para los corruptos de sexenios anteriores al suyo. Finalmente, como se dice coloquialmente: ahora, o la bebe o la derrama.
El primero de diciembre de 1952, ocurrió la transmisión de poderes, de Miguel Alemán (Presidente de México 1946-1952) a Adolfo Ruiz Cortines (Presidente de México 1952-1958). Y el nuevo presidente de hecho criticó la gestión anterior. Adolfo Ruiz Cortines, en su mensaje de toma de posesión, admitió que la corrupción era una herida profunda en el país, que urgían acciones para contrarrestar la carestía, además de medidas económicas para enfrentar la crisis recesiva que se vivía.
Para rectificar los abusos de la administración alemanista, el nuevo presidente nombró un gabinete que ya no estaba compuesto por “brillantes técnicos”, “jóvenes universitarios” o allegados de Alemán.
Pero los observadores no se fijaron tanto en la composición del gabinete como en el hecho de que, visiblemente, el nuevo presidente estableciera distancias con relación a Miguel Alemán. Esta impresión se corroboró cuando, en diciembre, Ruiz Cortines inundó el congreso con un paquete de leyes, como suelen hacer los nuevos presidentes de México. A partir de entonces los funcionarios debían “manifestar sus bienes” al entrar en servicio; en cualquier momento, sin denuncia previa, de oficio, podía investigarse a quien diera muestras de “enriquecimiento inexplicable”. Esta ley, indudablemente, llevaba dedicatoria a la administración anterior. Ruiz Cortines, de hecho, llevaría a cabo una “moralización implacable”.
La crítica a Alemán también iba implícita en una de las primeras medidas ruizcortinistas para frenar la carestía y restaurar el poder adquisitivo de la población: una tremenda ley “anti-monopolios”, con severas sanciones para los acaparadores que menudeaban con el pretexto de que era inminente una Tercera Guerra Mundial. No sólo se aplicaban multas altísimas a los acaparadores sino que éstos también podían ser encarcelados hasta por nueve años. Ruiz Cortines acompañó esta media con un control de precios, que se anunció como rígido, con el abaratamiento del frijol y del maíz, y con el fortalecimiento de la Compañía Exportadora e Importadora Mexicana (Ceimsa, que en los años sesenta se trasformaría en Conasupo). La Ceimsa se encargaría de la distribución de artículos básicos para evitar que los voraces comerciantes pudieran seguir haciendo de las suyas. Además, el nuevo presidente avisó que instrumentaría una política “de austeridad”, la cual restringiría notablemente el gasto del gobierno. Se suspendía, pues, el “gigantesco programa de obras públicas” que tanto había celebrado la iniciativa privada. ¡Y se prohibieron los Cadillacs de lujo!
La única continuidad visible consistió en la reforma a los artículos 34 y 115 constitucionales que concedía derechos políticos totales a las mujeres; en esa época ninguna organización femenina luchó por esta conquista, que, por tanto, debía de verse “como una concesión gratuita del ejecutivo, signo de la actitud progresista y la buena voluntad que pretendía proyectar el nuevo mandatario”.
Al día siguiente de anunciar su gabinete, el 2 de diciembre de 1952, Ruiz Cortines ordenó publicar la lista completa de sus bienes personales: 2 automóviles usados, no último modelo, uno de mi esposa y otro mío; una casa en la Colonia Del Valle en el Distrito Federal, aclaro, que es una casa clase mediera no una residencia; y un rancho en Veracruz, también aclaro, que no es una hacienda ni un latifundio y que lo tengo en sociedad con un compadre mío. Quiero que se entienda muy bien, que mi sexenio no es para enriquecerse. Ruiz Cortines exigió a los 250 mil funcionarios públicos que hicieran sus declaraciones patrimoniales, mismas que se verificaron al inicio y al término del sexenio en 1958.
Ruiz Cortines llegó a la presidencia después de uno de los regímenes más corruptos de la historia, el de Miguel Alemán. Pero no le dio muchas vueltas al asunto, marcó las bases del nuevo gobierno y las llevó a cabo.
El gran error de AMLO ha sido hablar demasiado y prometer castigo para los corruptos de sexenios anteriores al suyo. Prometió mucho en la campaña, pero realmente se comprometió mucho más en los meses que duró como presidente electo, fue ahí donde habló demasiado.
El sexenio de Miguel Alemán se caracterizó por la corrupción de los funcionarios públicos. Y al primero que domó fue al ex presidente Alemán. En enero de 1953: Ruiz Cortines procuraba distanciarse de Miguel Alemán lo más posible. Seguramente esto obedeció a la necesidad pragmática de mostrar una “nueva imagen” a través de una “política de contraste”.
Miguel Alemán así lo comprendió y en enero de 1953 tuvo que elogiar los proyectos ruizcortinistas, pues eran “de vital importancia para la nación”, y, para evitar mayores problemas, mejor se fue a vacacionar a Europa. Si acaso Alemán llegó a pensar que podía manipular a Ruiz Cortines bien pronto tuvo que quitarse la idea de encima, y él también se disciplinó (lo que implicaba que el nuevo gobierno no promoviera golpes bajos por el “enriquecimiento inexplicable” del ex presidente, quien para entonces supo hasta qué punto Ruiz Cortines era experto en las patadas por debajo de la mesa, y cómo le encantaban las maniobras secretas).
Ruiz Cortines primeramente arregló el problema político y de corrupción en 1953 y posteriormente en 1954 el problema económico. El crecimiento del país en el primer año de Ruiz Cortines fue 0.32 y el segundo año fue 9.97 a partir de ahí es que se da el Milagro Mexicano.
AMLO a unos días de cerrar su primer año de gobierno, no concreta ni en el problema político y de corrupción, ni en el problema económico. El error de AMLO ha sido prometer un castigo que hasta el momento, no ha sido capaz de cumplir. A la oligarquía no la ha atacado, al contrario, les ha brindado negocios para que se sigan enriqueciendo y hasta los tiene en el gabinete. A los pobres los está maiceando. Solamente le está pegando a la clase media con una carga fiscal absurda. Esta es la realidad.
¡Suerte! y hasta el próximo De Análisis Político.
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