Acierto de diputados desechar iniciativa de matrimonios igualitarios
Abel Santiago
Oaxaca de Juárez, 16 de noviembre. La Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados acordó desechar la iniciativa enviada por Enrique Peña Nieto, para modificar la Constitución e incluir el derecho a los matrimonios igualitarios, o sea entre personas del mismo sexo, pero homosexuales y lesbianas, lo que de inmediato provocó las iracundas protestas de la comunidad afectada, entre la que figuran periodistas, intelectuales y personalidades de izquierda, independientes o progresistas, así como políticos y funcionarios públicos, que han sido los principales promotores y autores de esos matrimonios en varias entidades del país, pero sobre todo en el Distrito Federal, en donde inclusive se les ha otorgado el poder de adoptar a menores como sus hijos, porque en los últimos sexenios sus gobernantes han sido de izquierda, así como la mayoría de miembros de la Asamblea Legislativa. Ese tipo de ciudadanos ha patrocinado las frecuentes manifestaciones lésbico gay, que durante su trayectoria se besuquean y exhiben su deshonestidad, frente a niños, mujeres y hombres, y también han sido los que fomentan el odio hacia los que no compartimos ese supuesto derecho.
En otras ocasiones, cuando esas personas han cometido actos muy escandalosos durante sus marchas, los he comentado y referido que su condición sexual no es nueva, que ha existido siempre, pero que su práctica ha sido recatada, íntima como debe ser, pero que ahora lo criticable es su exhibicionismo y exigencia de derechos, como si alguien se los prohibiera, llegándose al extremo de que las leyes les reconozcan su unión y les permitan echar a perder la vida de los niños que pudieran adoptar. Esto, repito, es obra de funcionarios que comparten esa personalidad, con la agravante de una iniciativa presidencial para volver constitucional esa conducta. Una prueba de ello es la declaración del diputado priista Benjamín Medrano Quezada, ex alcalde de Fresnillo, Zacatecas, argumentando que era congruente y en apoyo a su comunidad: “Soy priista, pero hoy con toda la responsabilidad que lleva mi vida personal, porque soy homosexual, no podría estar en contra de un dictamen por el que ha luchado mi comunidad, la comunidad gay, para que tenga estos derechos”. Al no lograr que se validara la iniciativa presidencial, este diputado redundó: “Quiero ser congruente con mi vida personal y quiero invitar a la congruencia de todos los grupos que hoy participan. No es un asunto fácil poder declarar públicamente la homosexualidad de un diputado y quiero reconocer a mi parido, que en todo momento me ha apoyado, y ojalá respete mi decisión personal”.
El proyecto de dictamen original, presentado por el presidente de la Comisión citada, el perredista Guadalupe Acosta Naranjo, era favorable a la iniciativa desechada por 19 votos, con lo que también se prueba la filiación izquierdista, más el oportunismo de ese partido. El coordinador de la diputación priista, César Camacho Quiroz, puso de manifiesto lo que hemos sostenido: “está absolutamente salvaguardado por la Constitución y las leyes el derecho de las personas a una relación heterosexual u homosexual”. En cambio el secretario de Diversidad Sexual del PRD, Antonio Medina Trejo, afirmó: “Es lamentable que el PRI no actuara con congruencia e hiciera más caso a prejuicios de la extrema derecha. Demostró su visión corta sobre el tema de derechos humanos. Le falló a la comunidad LGBTTI, que se siente traicionada. Hay más de ocho mil bodas que se han hecho, la gran mayoría en la Ciudad de México.” También se ha vuelto costumbre llamar retrógrados y reaccionarios a quienes no compartimos que figuren esas relaciones en las leyes civiles, y más ahora en que la Iglesia Católica ha fijado su postura en contra, pero podemos recordar que a lo largo de toda la historia universal han existido grandes personalidades con esa tendencia, de la que nunca hicieron ostentación, y menos pretendieron influir en el ánimo de los demás para que compartieran sus preferencias, mucho menos exigieron derechos especiales ni se dijeron discriminados o traicionados.
La fuerza que ha logrado esa comunidad y los numerosos grupos que la apoyan, se ha puesto de manifiesto en estos días, posteriores al rechazo del dictamen que pretendía reformar la Constitución federal en materia de matrimonio igualitario. La asamblea consultiva del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, expresó que no aprobar la iniciativa es un golpe a los derechos humanos de la población de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales. Los participantes del segundo encuentro de personas transexuales, sostuvieron que aunque se han logrado algunos avances en materia de derechos para los grupos de la diversidad sexual, dichas conquistas están amenazadas por un nuevo fenómeno de intolerancia y discriminación, como el rechazo legislativo a la propuesta presidencial de legalizar el matrimonio igualitario en todo el país. En defensa de la tradición familiar, de la formación desprejuiciada de los niños, también se han manifestado muchas organizaciones, sobre todo padres de familia de las distintas instituciones escolares. El Frente Nacional por la Familia expresó su satisfacción por la determinación de los legisladores federales y los felicitó, asegurando que la decisión que tomaron coincide con el sentir de la mayoría de los mexicanos que se oponen a “modificar el concepto de matrimonio”. Agregó que el voto de los diputados constituye una decisión histórica, ya que sienta las bases para que “el ciudadano pueda participar y ser escuchado en el Poder Legislativo, en la definición de políticas públicas, sobre todo en temas de gran relevancia como el de la familia”. Este fue un clamor popular, porque hubiera sido injusto que en todo el territorio nacional se obligara a la aceptación de matrimonios de personas del mismo sexo, y peor aún a la adopción de menores que se formarían con una educación distorsionada.
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