Oaxaca de Juárez, 27 de mayo. Quedan exactamente siete días para la elección más importante que haya tenido México en su historia, aunque quizá la de 2018 también lo fue pero en ese año, México estaba lleno de instituciones fuertes y autónomas, tenía seguridad, su economía con todo y las tonterías de Enrique Peña, crecía al 2 por ciento, nuestra imagen internacional era respetada y México ostentaba un puesto en las trece economías emergentes más importantes del mundo, Pemex y CFE producían, el crimen organizado no había invadido las calles de nuestro país y había menos pobres y cierta tranquilidad.
Por supuesto que había huachicol, que existía corrupción como el caso de la estafa maestra y la casa blanca de Peña y su gaviota; claro que el crecimiento económico no era el suficiente como lo prometió el ex presidente, el gasto público no era exactamente el mejor repartido, la educación pretendía ser mejor con la reforma, la competitividad de México fue una realidad (en materia energética, en telecomunicaciones, en importación y exportación), en fin México no era el mejor país… pero era un país.
El hartazgo de la sociedad hizo que ganara, como lo he dicho siempre, no el mejor de los candidatos, sino el más popular y escoger al más popular, no es garantía de que el país crezca o se unifique… lo hizo en las urnas para sacar al PRI del poder pero a quien escogieron -yo no voté por López- resultó ser un mentiroso contumaz, un engreído fascista, un rencoroso, un resentido social, un tipo con el hígado muy pesado y escasas neuronas, alguien esquizofrénico, psicóppata y sociópata.
Como bien lo decían los anuncios televisivos en esa campaña, López Obrador sí resultó ser un peligro para México y lo ha demostrado con creces. En 2018 no éramos el mejor país del mundo, pero teníamos país con una separación muy clara de los tres poderes de la Unión, con un árbitro electoral ciudadano que le permitió a López ser presidente, con un instituto ciudadano de transparencia que nos permitía saber en qué y cómo se gastaban nuestros dineros del erario, con empresas del estado que eran productivas.
Pero llegó Andrés y mandó al carajo a las instituciones, a la gente pero sobre todo intentó mandar al carajo -y si no votamos en su contra este dos de junio- a la Constitución y entonces, habremos de pasar de ser una república, a una con tiranía absolutista como las peores que hay en América Latina, África, Rusia o Korea del Norte y no exagero porque el siguiente paso que dará la corcholata oficial que no piensa, es obedecer ciegamente al peje para acabar con México.
Los ingredientes, los tiene y son dos: los militares a los que les dió todo el dinero opaco de sus grandes obra inservibles en las que hacen y deshacen quienes deberían defender a México de parias resentidos como el peje y los narcos, a los que les cedió no solo la prerrogativa de los abrazos militares y la sumisión ciudadana, sino todo el territorio mexicano para hacer de él, un mar de sangre que ha cobrado la vida de 187 mi mexicanos, incluidos varios niños como Dante Emiliano ahí en una ardiente banqueta de un municipio tabasqueño.
Lo mismo que con los pobres y los ignorantes que son carne de cañón del sistema, la tropa del ejército es la única que puede estar a favor del pueblo, porque desde tenientes a generales, son beneficiarios absolutos de MILES DE MILLONES DE DÓLARES con los que se construyen obras que no sirven, pero de las que han salido fortunas escandalosas como las de Rocío Nahle, la corrupta candidata al gobierno de Veracruz, o los multimillonarios contratos para Amílcar Olán, el operador financiero de los hijos y del propio “presidente”, así en minúsculas y entre comillas.
Ni los pobres, ni la tropa del ejército son beneficiarios del mayúsculo erario mexicano. Los pobres porque no les resuelven su problema con una dádivas electoreras que cada vez les alcanzan para menos y la tropa, porque el sueldo raquítico que les pagan, no compensa los trabajos de albañiles que hoy hacen, ni tampoco el riesgo de muerte cuando se enfrentan a los narcos. ¿Cuántos Generales del ejército han muerto en batalla?, me atrevo a pensar que ninguno.
México está a mercad del crimen organizado quién sabe si con la complicidad de altos mandos militares, todo parece indicar que si, pero con la venia del peje, eso está más que claro, solo hay que revisar la prensa internacional para darse cuenta de la desgracia que hoy es México.
Lo bueno es que todavía tenemos país y con tu voto en contra de Morena y sus aliados, será posible conservarlo, porque de lo contrario, vamos a lamentarlo mucho.
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